Cada una de las obras consideradas con una Maravilla
del Mundo, siguen teniendo su razón de ser y sin duda se fundamenta en la majestuosidad
misma de estas creaciones y Grecia fue escenario no de una sino de varias, en
este caso particular El Templo de Artemisa dedicado a la diosa del mismo
nombre.
Artemisa:
Según la mitología Artemisa era hija de Zeus y Leto,
también era hermana gemela de Apolo, llamada Diana por los romanos; Artemisa es
la soberana de la naturaleza selvática y de los animales salvajes. Es muy
probable que la estatua original haya sido destruida, existen muchas copias, es
similar a la de Cibeles, la diosa-madre de Frigia en Asia menor y provista de
numerosos senos que simbolizan la fertilidad.
Templo en la Actualidad |
Ubicación:
Se encontraba ubicado en la antigua Ciudad de Éfeso, a
unos 50 km al sur de la moderna ciudad portuaria de Izmir, en Turquía en el
Valle a los pies de Ayasoluk, cabe mencionar que este no fue el primer templo
de esta ciudad, puesto que en este lugar se erigieron un gran número de templos
y hermosos edificios públicos, gimnasios, baños, preciosas villas y acueductos,
pero a través del tiempo casi todos fueron destruidos o enterrados, pero sin
duda el más esplendido fue este.
El Templo en la Actualidad |
Descripción:
El Templo media 115 x 55 metros y fue el más grande de
todos los templos griegos, al frente tenía una triple fila de ocho columnas,
una hilera de nueve columnas en el fondo y 21 columnas a cada lado, en el
interior, para dividir el templo en tres naves, también se habrían empleado
columnas. La altura total del templo llegaría a los 20 metros. Contra la
costumbre de la época, el frente del templo estaba orientado hacia el
occidente. El friso que sustentaba las columnas, así como el frontón y la parte
inferior de las columnas que rodeaban el templo se encontraban decoradas con
bajo relieves. La techumbre era de madera y la cubierta a doble vertiente.
Como era habitual en los templos en el fondo, en el
centro del templo se alzaba la escultura de la diosa Artemisa al a que se le ofrecían
ofrendas. Se cree que estaba hecha de oro y marfil, podría haber medido unos 15
metros de altura.
En los patios exteriores del templo, los mercaderes
vendían sus productos, entre ellos reproducciones de la estatua de Artemisa y
del mismo templo. Fue utilizado como banco (dirigido por el sumo sacerdote),
pues nadie se atrevía a robar en un lugar sagrado; y prueba de ello es que
algunas de las primera monedas de oro conocidas se hallaron en el templo,
llevan el símbolo de Cibeles-Artemisa. El templo era considerado un santuario,
por lo que mucha gente buscaba asilo, pues sabían que en el templo se
encontrarían a salvo de cualquier persecución.
La construcción del templo fue un logro increíble,
dada la época, con los medios de transporte y los equipos utilizados en ese
entonces; una mano de obre numerosa, compuesta por albañiles, escultores y
esclavos, su construcción duró unos 120 años, fue comenzada por el Rey Creso de
Lidia, y fue destruido por un incendio en el año 356 a. C.
Su majestuosidad, le hizo ganarse su lugar como una de las Maravillas del Mundo, de las que en la
actualidad ya no se ven, y personalmente dudo mucho que se lleguen a ver.